Causas de la sensibilidad dental
La sensibilidad dental puede estar causas por múltiples causas:
Causa n.º 1: El cepillado agresivo
Cepillarse demasiado fuerte puede desgastar la parte blanca visible del diente, el esmalte, uno de los cuatro tejidos más importantes del diente y la sustancia más dura del cuerpo. Si se te estropean los cepillos antes de agotar el hilo dental, es posible que tengas que cambiar tu técnica de cepillado para proteger el esmalte.
Causa n.º 2: No repetir la rutina dos veces al día
Si no mantienes una estricta rutina de cepillado, hilo dental y enjuague, puede suceder que el sarro se acumule a lo largo de la línea de las encías hasta un punto en el que solo el dentista pueda eliminarlo a través de una limpieza bucodental. Procura reforzar tu rutina de higiene bucal con los enjuagues LISTERINE® , que contienen cloruro de zinc.
Causa n.º 3: Tus encías se retraen
Quizá hayas notado que las encías comienzan a separarse de los dientes. Esto significa que se están retrayendo y dejando expuestos los delicados nervios de la raíz del diente. Las causas pueden ser principalmente dos: cepillarse con demasiada fuerza o la enfermedad periodontal , que provoca el sangrado de las encías y dolor en los dientes; o incluso la pérdida de ellos en casos extremos, como subraya el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial.
Causa n.º 4: Una dieta ácida
Comer alimentos y bebidas de sabores fuertes o ácidos puede desgastar el esmalte de los dientes. Piensa si comes frecuentemente alimentos muy ácidos como cítricos, tomates, yogures, nata, quesos curados y bebidas ácidas, como el zumo de naranja, bebidas isotónicas, vino y bebidas carbonatadas, como los refrescos. La ingesta de estos productos puede perjudicarte notablemente.
Causa n.º 5: Una dieta rica en azúcar
Abusar de dulces como las galletas, el chocolate y los pasteles, puede favorecer la proliferación de bacterias que deterioran las encías y dejan expuestas áreas sensibles de los dientes.
Cinco agentes hostiles a los dientes sensibles
Además, en caso de tener sensibilidad dental, te aconsejamos que evites los siguientes agentes:
Enemigo n.º 1: El frío
¿Crees que es buena idea ahogar las penas de los dientes sensibles con un helado? Piénsatelo mejor. El esmalte es como un abrigo para los dientes que evita que se congelen cuando un alimento helado toca su superficie.
Cuando el esmalte está desgastado, el frío causa un dolor agudo. Incluso respirar aire frío puede provocar un doloroso y repentino pinchazo en un diente.
Enemigo n.º 2: El calor
Igual que no nos gustaría salpicarnos con agua hirviendo, los dientes tampoco soportan los líquidos muy calientes como el café, el té o la sopa cuando el esmalte está desgastado.
Enemigo n.º 3: El ácido
¿Te gustan los cítricos, los tomates, los encurtidos, los caramelos ácidos, los refrescos light y el vino? A tus dientes no. El ácido desgasta el esmalte y deja los dientes más sensibles que nunca.
Enemigo n.º 4: Los dulces
Otro causante del ácido es el azúcar. Las bacterias de la boca adoran el azúcar y cuanto más azúcar comas, más ácido generan ellas. Sabemos que hay mucha gente golosa, pero algunos de los peores enemigos de los dientes son los refrescos, las bebidas deportivas y los zumos .
Enemigo n.º 5: Los objetos duros
Morder cubitos de hielo, caramelos duros y frutos secos puede provocar fisuras en los dientes y dejar expuestos los nervios, lo que hará que se irriten al mascar.